sábado, 28 de junio de 2014

Principios de complementariedad

Una fría mañana de Enero, el hombre sin memoria y el hombre sin olvido se encontraron casualmente en el metro. Se reconocieron de inmediato, fue fácil, cada uno vio dibujado en el perfil del otro el contorno de su propia ausencia, afanándose uno en llenar por completo lo que el otro estaba condenado a mantener para siempre vacío. Estrecharon sus manos, sin hablar, y luego se fundieron en un abrazo. Permanecieron así unos segundos, disfrutando del encuentro tantas veces soñado, el tiempo justo para que el hombre sin memoria olvidara a quién estaba abrazando y para que el hombre sin olvido comprendiera que nunca podría perdonar tal desplante.

(c) Javier Warleta

4 comentarios:

  1. Los años y los frecuentes cambios de residencia, ansían muchos "encuentros soñados", pero también nos convierten muchas veces en "hombres sin memoria". Así que a mis queridos "hombres sin olvido", mis disculpas de antemano por mis futuros desplantes...Piensen que igual queda esa gata sensación de un buen abrazo compartido.
    Javier, un fuerte abrazo.

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  2. Pues yo soy más bien "mujer sin olvido" de lo bueno y de lo malo y la verdad es que llevo mal cuando me encuentro con ese "hombre sin memoria" de lo bueno y de lo malo, y no me recuerda. Muy buen post, Javier. Eres un crack!! :D

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  3. Gracias, Luis y Sira. Esto lo escribí hace años, en una oficina de extranjería de Valparaíso, mientras esperaba a que me notificaran si tenía que volverme a España por llevar tres meses con el visado vencido. Cualquiera sabe por qué se me ocurrió algo así.

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  4. Estimado Sr. Javier Warleta me gustaría pedirle permiso para usar su historia en la trama de un cortometraje titulado "Desencuentros", le agradecería mucho, por supuesto llevaría su respectivo crédito. Favor de escribirme a Nomegusta@hotmail.com (no es broma el correo). Gracias por su atención, excelente trabajo.

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